jueves, noviembre 30, 2006

Tranquilidad...

¿Qué puedo decir? En estas elecciones yo voto en un centro donde la mayoría está identificada de una u otra manera con la oposición, eso no es mentira porque los resultados de las elecciones pasadas así lo indican, así como se puede ver a simple vista por su forma de vestirse (de blanco) y expresarse.

No es que no busque el equilibrio informativo, es que simplemente ese es el electorado de ese centro, que es el colegio donde me gradué de bachiller en el 2000. Aunque sé que ahí vota una parte que es oficialista también pero tal vez no habían llegado en el momento en el que yo estaba allí, desde las 10:00 hasta las 11:30 AM.

Evidentemente, poco quedó del recuerdo del Referendo Revocatorio 2004, donde en el mejor de los casos, votabas luego de seis horas en colas kilométricas que se movían a paso de caracol. En esa ocasión hubo numerosos retrasos debido a las máquinas y a las no bien ponderadas captahuellas, que en las elecciones de hoy también generaron quebraderos de cabeza a algunos electores, por no agilizar la elección. Todo se aclaró al fin por parte de un miembro de mesa que explicó que muchas personas permanecían con su pulgar más tiempo de lo indicado, lo cual invalida el registro de las máquinas.

El promedio de tiempo para votar fue variable dependiendo de la mesa en la que las personas estuvieran inscritas. Algunos con mayor suerte, apenas bajando de sus vehículos entraron sin pasar por go ni cobrar los 200, mientras que otros tuvieron que esperar otra media hora.

No hubo escándalos, trifulcas, sol inclemente, intolerancia de lado y lado -como si la hubo en el referendo- todo estuvo "excesivamente normal" incluso aburrido, tal vez por esa inclinación natural de uno de "buscar la noticia", aunque algunos en la cola decían que buscaba amarillismo, que hubiese sido así si hubiese tomado fotos a un discapacitado o algo parecido. No hubo algo curioso ni digno de destacar... excepto que el comportamiento cívico de los ciudadanos que han vivido en democracia por mucho tiempo se está observando en todas partes del país. Ojalá, independientemente del ganador de esta contienda, ese espíritu permanezca y haga que la democracia también perdure.