miércoles, noviembre 07, 2007

Color de Hormiga

He tardado aproximadamente un mes para escribir unas pequeñas consideraciones sobre este tema, pero las aciagas horas que vivimos y –no me cabe la menor duda viviremos- en Venezuela me hacen volver a retomar el tintero virtual que me ofrece el blog.

Para mí es evidente que Chávez y sus acólitos están en busca de la última y definitiva conflagración con el “enemigo” es decir, contra todo aquel que disienta de la reforma (?) y de las ideas propias del proyecto revolucionario. En los últimos días ha recrudecido especialmente la represión hacia las manifestaciones estudiantiles, sin duda, por órdenes expresas del jefe de estado, que nota como el resto del país, la repercusión del movimiento en la sociedad venezolana, pero sobre todo, porque NO LE GUSTA VER GENTE PROTESTANDO EN LA CALLE y me remito a la marcha del 11 de abril para más señas.

Asimismo, es igualmente ostensible que para lograr la imposición de la reforma, ergo, de la revolución, Chávez durante 9 años ha jugado a la confrontación entre venezolanos, para la cual se ha valido de aquella máxima, si no me equivoco de algún emperador romano de “divide y vencerás”. Y esto es lo que sistemáticamente ha hecho durante todo este lapso: incordiar, insultar, vejar, incitar al odio entre hermanos, dividir al país.

En muchas ocasiones he discutido con personas que dicen ubicarse en el segmento “ni-ni” que parecen negar o hacerse de la vista gorda ante el hecho de que vivimos en una guerra civil no declarada, pero existente, lacerante, donde gran parte de los ciudadanos que cometieron el “grave crimen” de oponerse al “máximo líder”, por firmar un referendo revocatorio, legítimo derecho incluido en la constitución que iba a durar mil años, la del 99, que ahora se pretende derogar ilegalmente, se le nieguen trámites esenciales para todo ciudadano venezolano como: el pasaporte, la cédula, un crédito, entre otras penurias, sólo por haber “ofendido” el amor hacia el “gran timonel”, el “gran conductor” porque la gente no lo ama como él quisiera.

Esto ha traído sus consecuencias y todos sabemos que los acólitos mas radicales del chavismo utilizan la técnica del caballo de Troya para toda actividad “oposicionista” –término acuñado recientemente por el chavismo para referirse a toda persona que disienta en lo más mínimo con el discurso oficial- Lo peor de todo es que inocentemente, algunos hemos pensado que eso no era posible hacerlo en todas partes, pero sí, lo han hecho consistentemente durante todo el laaargo mandato de Chávez y me temo que con graves consecuencias para la oposición al gobierno.

Pero ahora, a menos de un mes para la “deforma” constitucional, que en realidad es otra constitución aun más ilegal que la anterior, porque esta vez, el debate ni fue público ni las voces disidentes fueron escuchadas, añadiendo la gravedad de que se añadieron artículos de manera sobrevenida por parte de la AN, cosa que ni es su atribución ni es su competencia, me temo de forma muy grave, que la confrontación final está cerca y siguiendo el aforismo genial de Winston Churchill: “La historia la escriben los vencedores”, no parece ser esta la excepción luego de los expolios y vejámenes que ha sufrido nuestra historia republicana.

No quiero aludir al fascismo refiriéndome al comportamiento del gobierno, porque necesito elaborar más profundamente la reflexión sobre el asunto, pero “¡Ordene, Comandante, ordene!” se me parece mucho a “¡Heil Hitler, Sieg, Heil!”, aunque los chavecistas renieguen de tal comparación y se la endilguen a la supuesta “derecha” que según ellos está detrás de la oposición y de los supuestos intentos de magnicidio.

Espero que las nubes color de hormiga no sigan conjurándose en el cielo venezolano.