lunes, diciembre 03, 2007

Chávez y la victoria del NO

Ayer después de casi diez años de gobierno de Chávez, porque ha ganado durante todos los procesos electorales precedentes, finalmente el chavismo tuvo una derrota. Pírrica o no, lo cierto es que finalmente una parte importante del país logró derrotarlo por las urnas, y también logró derrotar la violencia detrás de los radicales de ambos lados del país.

Pero aún más, lo importante de la victoria del NO fue la derrota de una dictadura constitucional impuesta en la “reforma”. Ayer se dejó en claro que el país cree en la democracia y con esa misma convicción le dijo a Chávez que no quería una dictadura unipersonal y socialista, que querían aceptarse en la diferencia pero que si se discuten cambios constitucionales tan trascendentales en la nación, la gente no iba a permitir que se le cambiaran las reglas del juegos sin consultar a todos los ciudadanos, y peor aún, de espaldas al país.

Sin embargo, falta mucho por hacer. Si bien Chávez ayer reconoció su derrota y el Comando Zamora hizo lo propio, me atrevo a pensar sin temor a equivocarme, que el Gobierno y el presidente, seguirá intentando, como lo dijo hoy en la madrugada, “profundizar un estado socialista”. Lo dijo también el ex general Baduel, que Chávez no cejará en su intento de imponer su visión, ya sea con leyes habilitantes o por los caminos verdes.

Por lo cual, la tarea es ardua y va a continuar durante estos años hasta el 2012 cuando caducaría el segundo mandato del presidente. Sobre todo, si tomamos en cuenta que hubo un 45% de abstención, gente que o no le importó votar por más que se estuvieran jugando el país, los que seguían creyendo que Tibisay Lucena les iba a “robar” el voto o que creían que el gobierno ganaría nuevamente sin problemas.

No obstante, lo mas grave de ayer es que el país sigue dividido y lo más peligroso: un 49% -la otra mitad- votó ¡A favor! de una dictadura, a favor de que un hombre permaneciera permanentemente en el poder, a favor de la eliminación de la propiedad privada, a favor de que los gobernadores y alcaldes fueran sustituidos por reyezuelos nombrados a dedo, por la eliminación de la libertad de información y el debido proceso en estados de excepción –indefinidos-, por nombrar las cosas más funestas dentro del cambio constitucional.

Eso debe ponernos a pensar. Sé que hay parte de ese chavismo que tal vez votó SI porque reciben un beneficio del gobierno y algunos por ignorancia, pero el resto, el resto no. El resto tiene un pensamiento totalitario, antidemocrático, vertical, que no acepta la disidencia y que lamentablemente, no va a cambiar, así como Chávez no cambiará porque simplemente, son así.

Son personas que creen tener la verdad y que los demás somos “traidores” y “fascistas”, cuando sus propios comportamientos exhiben precisamente las características de esos epítetos. También hay ciertas posiciones dentro de la oposición que se parecen a los jerarcas del gobierno, sobre todo dentro del denominado “Comando Nacional de la Resistencia”, quienes tienen igualmente un pensamiento vertical, antidemocrático y totalitario, que creen en la conspiración, el golpe militar y la descalificación a sus adversarios como armas políticas.

No quiero dejar de mencionar para concluir lo que ya mucha gente ha señalado, que la actitud del CNE esperando que Chávez les diera la orden para emitir el primer boletín a la una de la madrugada, dice mucho de ellos, pero no creo que de ningún modo renuncien por eso porque para que cambien sus autoridades tendrá que haber un nuevo gobierno. Lo que si es probable es que hayan tratado de calmar a los sectores más furibundos del chavismo, que tal vez no querían aceptar de manera tan “elegante” la derrota en las urnas.

Por lo demás, queda un largo camino para construir una propuesta alternativa al país y para no tomar esta victoria con triunfalismo, porque el gobierno no cesará en su intento por imponer su pensamiento totalitario. No soy Nostradamus, pero ya veremos como dentro de poco, Chávez volverá a arremeter contra la disidencia, a atacar a los gobiernos extranjeros que no le son afines y ya sea por decretos subrepticios o por triquiñuelas intentará de nuevo imponer su voluntad, porque él no cambiará. Puedo apostar lo que sea.